viernes, 13 de febrero de 2015

La Parabola del Sembrador.



Cristianismo Verdadero.

La Parábola del sembrador.

Lectura bíblica: Mateo 13:3-8, 19:23; Marcos 4:3-8, 14-20; Lucas 8:5-8, 11-15.


Las parábolas  enseñadas por el señor Jesús, son una fuente básica para conocer qué es y cómo vivir el cristianismo verdadero. Comenzaremos con la parábola del sembrador, pues en ella encontramos el inicio del proceso para formar la iglesia cristiana, la cual en el evangelio de mateo se le relaciona directamente con “el reino de los cielos”. Haremos una lectura combinada de los tres evangelios sinópticos, para percibir detalles.

I.- La semilla y el sembrador y la tierra.
     I.1.- Marcos 4:14 “El sembrador es el que siembra la Palabra”.
     I.2.- Lucas 8: 11 “La semilla es la palabra de Dios”.
     I.3.- Mateo 13: 19 “La semilla es la Palabra del Reino”.
     I.4.- Mateo 13: 19; Marcos 4:15; Lucas 8:12 “La tierra de siembra es el corazón del hombre”
II.- La semilla que cayó junto al camino.
Mateo 13:4 “Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino;(Lucas 8:6 “y fue hollada”) y vinieron las aves y la comieron”.
     II.1.- Mat 13:19 “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo,     y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino”. Mar 4:15  Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. Lucas 8:12  Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.
     II.2.- Estar junto al camino implica vivir conforme la corriente del mundo, interesado en sus conceptos, filosofías y formas de pensar contrarias a los propósitos de Dios. Esos pensamientos con los que el mundo llena las mentes de la gente son los que “Pisotean” la semilla y se la comen. (Aquí no se alcanza a creer).

III.- La semilla que cayó entre pedregales.
Mat 13:5-6  “Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó”.
     III.1.- Mat 13:20.21 “Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, (Lucas 8:13 “creen por algún tiempo”) pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan (Lucas “se apartan”)”.
     III.2.- Algunos reciben rápidamente la Palabra (brotó pronto), y lo hacen con gozo. El problema aquí son las piedras (poca tierra), no hay raíces (se necesita tiempo y enseñanza). La vida cristiana está llena de pruebas y tribulaciones (1Tes.3:3; 2Tim.3:12), sin raíces profundas no hay victoria.
Es normal recibir la palabra con gozo, el problema es que este gozo es un sentimiento del alma, porque sin raíces no hay vida espiritual, no hay “nuevo nacimiento”. Las iglesias están llenas de cristianos que no han nacido de nuevo, su actuar es emocional, viven su supuesta vida cristiana por emociones, necesitan cultos emotivos para sentirse bien. Entonces vienen los problemas y se apartan.

IV.- La semilla que cayó entre espinos.
Mat 13:7  “Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron (Mar 4:7  “y no dio fruto”)”.
     IV.1.- Mat 13:22  “El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas (Mar. 4:19 “y las codicias de otras cosas”) (Luc. 8:13 “y los placeres de la vida”), ahogan la palabra, y se hace infructuosa”.
     IV.2.- Esta semilla si echó raíces, si hay “nuevo nacimiento” tanto que se esperaba que diese frutos, pero fue ahogada por los espinos que crecieron junto con ella (recuerden el trigo y la cizaña) y no dio fruto. En el “nuevo nacimiento” se produce la “regeneración” la cual es instantánea, pero tiene que seguir la renovación que lleva a la transformación. Resulta que  estos cristianos verdaderos nunca crecieron espiritualmente, nunca dejaron de ser “niños en Cristo” y nunca estuvieron dispuestos al compromiso (al negarse a sí mismos) porque las preocupaciones de la vida siempre estuvieron en primer lugar y no tuvieron tiempo de cultivar una relación íntima con Jesús. Cumplían en la Iglesia pero no con el Señor, oraban pero por sus necesidades, nunca por la voluntad de Dios. ¿Serán salvos? Pudiera ser que si pero sin galardones (1Cor. 3:15).

V.- La semilla que cayó en buena tierra.
Mat 13:8  “Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno”.
     V.1.- Mat 13:23  “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”. (Luc 8:15 “… éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia”).
     V.2.- Estos son los Cristianos que logran llegar a la madurez (Heb. 5:13-14). Se han rendido a Cristo totalmente alcanzando la “plenitud del Espíritu”, es decir, han llegado al punto de tener una relación tan intima y completa que “andan en el Espíritu” y el Espíritu ha forjado en ellos la “imagen del hijo” produciendo la personalidad de Cristo (los frutos del Espíritu).



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